El desarrollo de la Cartal Cultural Iberoamericana
Las culturas de Iberoamérica son su mayor riqueza y el legado más preciado para las nuevas generaciones. A lo largo de los siglos, los países iberoamericanos han tejido una red de lazos de sangre, lenguas, expresiones, narraciones, credos, valores e historias compartidas que fortalece su identidad y les posibilita un lugar privilegiado en el mundo.
Esta riqueza, sin embargo, se enfrenta con serias dificultades para extenderse a todos los pueblos y llegar a la vida de las personas. La pobreza, en muchas ocasiones extrema, las profundas desigualdades, la marginación de lenguas y culturas de los pueblos originarios y afrodescendientes, así como la escasez de recursos públicos y privados para apoyar el desarrollo, el acceso y participación de todos en los bienes económicos, sociales y culturales, limitan enormemente el futuro de nuestro patrimonio primordial.
Sin embargo, hoy nos encontramos ante un momento histórico inmejorable, un corte sincrónico que es preciso aprovechar. En 2009 y 2010 se inició para la gran mayoría de los países iberoamericanos la celebración de los Bicentenarios de las independencias, una conmemoración que habrá de extenderse hasta 2021. Es, pues, una década que estará atravesada por el reencuentro con las raíces culturales de los pueblos y por el planteo de acciones concretas que nos permitan hacer frente a los retos históricos, en pos de un futuro esperanzador con el que nos hemos ilusionado. Con el impulso de los Bicentenarios hemos de reforzar las señas de identidad iberoamericanas y promover el desarrollo que nos permita desempeñar un papel destacado en el mundo. La fuerza de nuestras culturas ha de ser no solo el vínculo que nos una y sirva para el reconocimiento específico por parte de las demás regiones, sino también el catalizador de nuestra acción. Somos un buen ejemplo de mestizaje y de convivencia, y así debemos continuar y manifestarnos.
Hemos de ser conscientes de que vivimos en una era tecnológica y en un mundo globalizado, en el que la riqueza de los intercambios culturales y de la movilidad espacial facilita la internacionalización y el conocimiento. Nos encontramos, pues, ante una nueva visión de la cultura, la que ha de incorporarse a las dinámicas internacionales y contribuir al desarrollo económico y social sostenible, pero que debe, al mismo tiempo, preservar su identidad y asumir un papel relevante para la inclusión social, el acceso y la participación de todos en los bienes culturales, y la recuperación del equilibrio, de la armonía y del vivir bien de todos los pueblos.
En este mundo y en esta nueva sociedad hemos de situar nuestras señas de identidad, singulares al mismo tiempo que plurales. Así lo puso de manifiesto la UNESCO en la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural y en la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, al defender y situar la diversidad como patrimonio de la humanidad. Una diversidad que se manifiesta en las distintas formas en que se expresa, enriquece y transmite el patrimonio cultural de la humanidad mediante la variedad de sus expresiones, a través de diferentes modos de creación artística, producción, difusión, distribución y disfrute de las expresiones culturales, cualesquiera que sean los medios y tecnologías utilizados. Como afirmará también la Convención de la UNESCO, esa protección y promoción presuponen el reconocimiento de la igual dignidad y respeto por todas las culturas, comprendidas las pertenecientes a minorías y las de los pueblos originarios y afrodescendientes.
En esta misma perspectiva se sitúa la Carta Cultural Iberoamericana cuando establece entre sus fines la promoción y protección de la diversidad cultural, origen y fundamento de nuestra identidad, así como la multiplicidad de lenguas y tradiciones que la conforman y enriquecen, y la consolidación del espacio cultural iberoamericano como un ámbito propio y singular, con base en la soberanía, la solidaridad, el respeto mutuo, el acceso plural al conocimiento, a la cultura y al intercambio cultural.
Es preciso, por tanto, situar la cultura en el centro de los debates sociales, fortalecer sus expresiones y hacer partícipes a todos los ciudadanos de su riqueza. La cultura no es solo bagaje, patrimonio del pasado, sino un sistema que se recrea constantemente, vivo y dinámico. El apoyo a los creadores es, en consecuencia, una necesidad ineludible. La formación de ciudadanos cultos, y por ello libres, en sociedades democráticas e igualitarias, es la aspiración de nuestros esfuerzos compartidos.
El documento que aquí presentamos pretende abrir un gran debate social en torno a los ejes y políticas culturales que contribuyan a dar sentido al Espacio iberoamericano. En esta línea, la Carta Cultural no es solo un mapa de su superficie: es una hoja de ruta para transitarlo y, fortalecidas las señas de identidad comunes y diversas de nuestros pueblos, favorecer el papel de Iberoamérica y sus lenguas en el mundo.
Enrique V. Iglesias
Secretario General de la SEGIB
Álvaro Marchesi
Secretario General de la OEI
Índice
Capítulo 1
El sentido del proyecto cultural iberoamericano: ¿hacia dónde queremos ir juntos?
La comunidad iberoamericana y la centralidad de la cultura
Los objetivos de desarrollo del milenio
Estrategias para entender la diversidad de las expresiones culturales
La Carta Cultural Iberoamericana
El valor de la cultura iberoamericana
El sentido del documento
Capítulo 2
Las claves de la cultura iberoamericana hoy
Los públicos
Los creadores
El patrimonio y el turismo cultural
Las industrias culturales
Las nuevas tecnologías digitales
Capítulo 3
La Carta Cultural Iberoamericana, hoja de ruta para el desarrollo de la cultura y de la cooperación
Principios de actuación
Ámbitos de aplicación
Capítulo 4
Metas y programas de acción para construir el espacio cultural iberoamericano
Programa 1. Compromiso con la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales de la UNESCO y desarrollo del espacio cultural iberoamericano como pertenencia compartida
Programa 2. Ampliación de la participación de la sociedad en la acción cultural
Programa 3. Incremento de la formación de públicos para el acceso y el disfrute de la cultura
Programa 4. Incorporación de los pueblos originarios, afrodescendientes y poblaciones migrantes como actores estratégicos para el desarrollo cultural
Programa 5. Apoyo a los creadores
Programa 6. Impulso al patrimonio a través del turismo cultural y del compromiso de las ciudades
Programa 7. Fortalecimiento de las industrias y de las ofertas culturales nacionales e iberoamericanas
Programa 8. Formación en todos los ámbitos culturales
Programa 9. Invertir más y mejor en proyectos culturales
Programa 10. Impulsar la evaluación de la acción cultural
Capítulo 5
La financiación y la evaluación de las políticas culturales
Financiación de las políticas culturales
Evaluación: el Observatorio Iberoamericano de las Culturas
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